Socialistas de todos los partidos

Blog inspirado en el libro "Camino de servidumbre", que Hayek dedicó a los socialistas de todos los partidos. Socialismo entendido como colectivismo, como sumisión del individuo al grupo, en aras de hermosos ideales que no sólo en su sueño producen monstruos.

viernes, junio 02, 2006

Ortega y Gasset y la democracia liberal

"La forma que en política ha representado la más alta voluntad de convivencia es la democracia liberal. Ella lleva al extremo la resolución de contar con el prójimo y es prototipo de la "acción indirecta". El liberalismo es el principio de derecho político según el cual el poder público, no obstante ser omnipotente, se limita a sí mismo y procura, aun a su costa, dejar hueco en el Estado que él impera para que puedan vivir los que ni piensan ni sienten como él, es decir, como los más fuertes, como la mayoría. El liberalismo — conviene hoy recordar esto — es la suprema generosidad: es el derecho que la mayoría otorga a la minoría y es, por lo tanto, el más noble grito que ha sonado en el planeta. Proclama la decisión de convivir con el enemigo: más aún, con el enemigo débil. Era inverosímil que la especie humana hubiese llegado a una cosa tan bonita, tan paradójica, tan elegante, tan acrobática, tan antinatural. Por eso, no debe sorprender que prontamente parezca esa misma especie resuelta a abandonarla. Es un ejercicio demasiado difícil y complicado para que se consolide en la tierra.

¡Convivir con el enemigo! ¡Gobernar con la oposición! ¿No empieza a ser ya incomprensible semejante ternura? Nada acusa con mayor claridad la fisonomía del presente como el hecho de que vayan siendo tan pocos los países donde existe la oposición. En casi todos una masa homogénea pesa sobre el poder público y aplasta, aniquila todo grupo opositor. La masa — ¿quién lo diría al ver su aspecto compacto y multitudinario? — no desea la convivencia con lo que no es ella. Odia a muerte lo que no es ella."

Ortega escribió La rebelión de las masas en 1930, cuando ya existía la URSS, y Hitler y Mussolini comenzaban a hacer de las suyas. Los totalitarismos de todo signo aparecían como una marea imparable que se acabaría llevando por delante todo vestigio de disenso, de individualismo, de democracia liberal. De hecho, Ortega incluyó un epílogo para ingleses en el que trata de convencerles de que en determinadas condiciones, el pacifismo es un error. En los años previos a la conquista alemana de Polonia, la política predominante en Inglaterra respecto a los regímenes totalitaristas fue el del apaciguamento o appeasement, personificado en el primer ministro Neville Chamberlain, que firmó el tratado de Munich con Hitler en 1938, confiado en haber conseguido la paz para su generación.

http://www.historiasiglo20.org/GLOS/apaciguamiento.htm

http://belt.es/articulos/articulo.asp?id=1823

Pero Churchill no estuvo de acuerdo, y pronunció su famosa frase: "Por evitar la guerra habéis perdido el honor; ahora tendréis deshonor y guerra". A pesar de que en su momento se le llamó pesimista, exagerado o amante de la guerra, al poco tiempo Inglaterra se vio forzada a entrar en guerra contra el Eje.

Ortega temía que le quedaba poco tiempo de vida a la democracia liberal como organización política. Y la verdad es que Europa estuvo a un pelo de perder la democracia liberal. Sólo la intervención de USA en la guerra, y la megalomanía que llevó a Hitler a atacar a la URSS poniendo fin a un periodo de entendimiento entre ambos totalitarismos, y de reparto pacífico del este de Europa, permitió que Gran Bretaña no cayera y que en Europa continental se reinstaurara la democracia liberal. Bueno, la Europa del este no tuvo tanta suerte, y tuvo que vivir unas cuantas décadas más bajo el totalitarismo comunista. Pero la Europa occidental no fue nazi ni fascista. No sé hasta qué punto el antiamericanismo tan extendido en Europa recuerda eso. Los USA siguieron siendo una democracia liberal mientras media Europa colaboraba con los nazis y otra media se rendía a ellos. Más de un millón de soldados estadounidenses murieron en Europa.

Y me pregunto también hasta qué punto somos conscientes de la suerte que tenemos de que se salvara la democracia liberal. Hasta qué punto valoramos vivir en un país con seguridad jurídica, separación de poderes, gobierno limitado y respeto a las minorías. Sí, la democracia liberal es una muestra de ternura. Una delicada construcción política, que a veces se pasa de tierna y tolera a los intolerantes que si llegan al poder eliminarán toda tolerancia.

No olvidemos nunca que la minoría más pequeña somos cada uno de nosotros, cada individuo. Y que cuando el Estado se vuelve totalitario, los individuos nos volvemos nada.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"La diferencia entre Dios y los médicos es que Dios no se cree médico"

12:53 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

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6:04 a. m.  

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