Socialistas de todos los partidos

Blog inspirado en el libro "Camino de servidumbre", que Hayek dedicó a los socialistas de todos los partidos. Socialismo entendido como colectivismo, como sumisión del individuo al grupo, en aras de hermosos ideales que no sólo en su sueño producen monstruos.

jueves, junio 22, 2006

La lucha contra la realidad, 2

En estos tiempos de corrección política puede que tenga que explicar que no tengo nada en contra de los transexuales. Pero si las operaciones de cambio de sexo son cada vez más eficaces es porque la medicina avanza, no porque un manifiesto haya declarado su derecho a cambiar de sexo. Lo de que un hombre pueda parir, teniendo en cuenta lo compleja que es una gestación, no creo que vaya a ser viable nunca, pero en todo caso me reitero en que se conseguiría mediante avances científicos, no mediante manifiestos y deseos.

El deseo de volar supongo que lo han sentido multitud de seres humanos a lo largo de la historia. Se utilizó como medio para impartir enseñanzas morales en los mitos de Ícaro y Faetón. Poder volar fue uno de los más fervientes deseos de Leonardo da Vinci, pero lo que hizo no fue redactar un manifiesto, ni proclamar solemnemente su derecho a volar, ni enfadarse con el mundo por estar oprimiéndole, sino observar a los pájaros y desarrollar inventos para intentarlo. No fue por falta de inteligencia ni de trabajo, sino por el escaso desarrollo tecnológico de la época, por lo que Leonardo (que sepamos) no consiguió realizar su sueño. Pero otras personas continuaron haciendo avanzar a la humanidad, aprendiendo de los que les precedieron, y sin una planificación centralizada. Así, mediante la inteligencia y el esfuerzo de determinados individuos, se fueron desarrollando nuevos materiales ligeros y resistentes, se fue conociendo más de aerodinámica, se construyeron motores cada vez más eficientes, etc. Hasta que finalmente, gracias a todas esas personas, hoy día podemos volar. No tenemos que ser genios, ni trabajar durante años en construir aviones, ni arriesgar nuestra vida como los pioneros de la aviación. Simplemente debemos tener bastante dinero como para pagar un billete. Aún habrá quien vea en esto una discriminación, pero es que el trabajo y la inventiva ajenas hay que pagarlas, y volar no es un "derecho" sino una opción que somos afortunados de poder tener.

Ser únicamente idealista suena bien, es gratis, no requiere ningún esfuerzo, y confiere aires de superioridad moral, pero no ayuda a nadie. Votar democráticamente acerca de si el ser humano tiene o no derecho a ser feliz, ganar la votación, y ponerlo por escrito en una declaración de derechos, no hará feliz a nadie. Al contrario, quienes así obren, harán el ridículo y demostrarán una absoluta carencia de sentido común. Pero es que además, creará insatisfacción y resentimiento en quien se tome en serio ese supuesto derecho. ¡Se supone que debería ser feliz y no lo soy! ¡alguien me está oprimiendo! ¡la sociedad es la culpable! ¡alguien me ha engañado!. (Bueno, le han engañado los "bienpensantes" "humanitarios" que le han hecho creer que la felicidad cae del cielo y está garantizada, pero también él estaba deseando dejarse engañar, porque ir de víctima es otra postura cómoda y que sale gratis).

El primer paso para mejorar la realidad es aceptarla. Si le echamos un pulso a la realidad nos doblaremos la muñeca. Quiero volar, compruebo que por mis propios medios no puedo, y lo acepto. Pero no sólo soy realista, sino también idealista, y quiero intentarlo. Así que me pondré a estudiar la realidad. No me rebelaré absurda e inutilmente contra ella, sino que la tendré de aliada. La realidad que nos "oprime" porque no se pliega a nuestros deseos de volar es también la que nos permite volar, puesto que obedece siempre sus propias reglas: la ley de la gravedad, la aerodinámica, la física, la química, se portan siempre igual. Así que si aprendemos sus reglas, seremos libres. El orden es una condición imprescindible de la libertad y de la vida. El caos tampoco se plegaría a nuestros deseos de cómo vivir la vida, pero además es que imposibilitaría la vida misma. Nuestro organismo funciona porque existe una organización, un complejo sistema que coordina nuestras células. Eso nos obliga a cosas "oprimentes" como comer a diario, buscar cobijo frente al frío, o cansarnos al desplazarnos. ¿Y?. ¿Lo solucionamos deseando volver al Edén, o nos ponemos a estudiar medicina, química, biología, ingenierías, agricultura para producir más alimentos, etc?.

Las personas que mejoran nuestra vida en lo material no lo consiguen redactando manifiestos idealistas, sino siendo realistas, emprendedores y trabajadores. Y ya lo dijo Adam Smith, no lo hacen por amor a personas a las que ni siquiera conocen, sino por su propio beneficio. ¿Y qué tiene eso de malo?. Todos buscamos nuestro propio beneficio. La cuestión es que de camino beneficiemos también a los demás, les ayudemos a satisfacer sus necesidades o sus deseos mediante intercambios voluntarios. Como diría Carlo Cipolla, para mejorar la sociedad hacen falta más personas inteligentes, menos bandidos y menos estúpidos. Que cada cual opine quién es quién en la vida de Brian, y en la vida real.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

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7:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

un beso gordo

7:50 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola gato volador:

No entiendo bien lo que quieres decir en el artículo.
¿Hay que retrasar el cambio de sexo tanto medicamente como juridicamente hasta que los avances científicos lo permitan?
¿Hay que trabajar y esforzarse, como dice Adam Smith, en estos avances para poder declarar feacientemente que un determinado sujeto es considerado un hombre o una mujer socialmente?
¿Hay que someterse a los dictados de la naturaleza hasta que estemos preparados cientificamente?
¿Debemos esperar a cambiar el Derecho hasta que los avances científicos nos lo permitan?
¿Desde cuando?
¿Quizás no sea al contrario? ¿quizás no se necesite manifestar o reconocer el derecho para que puedan realizarse esos avances medico-científicos?

10:37 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola mc y ro,

"¿Hay que retrasar el cambio de sexo tanto medicamente como juridicamente hasta que los avances científicos lo permitan?"

Los avances científicos que permiten la operación de cambio de sexo son avances médicos. Respecto a lo de retrasarlo jurídicamente, no es de eso de lo que he hablado (y de hecho, mi entrada no es acerca de la transexualidad). En una democracia, todo lo que no está expresamente prohibido por la ley, está permitido, y yo soy favorable a que si un transexual quiere realmente (con los informes psicológicos necesarios) operarse, pueda hacerlo, porque para eso es su vida. Lo que digo es que sería absurdo que los políticos reflejaran por escrito el derecho de los hombres a parir, cuando eso es médicamente imposible, seguramente lo será siempre, y si llega a ser posible lo será mediante investigaciones médicas y no mediante votaciones de políticos. Y los médicos investigarán sobre ese particular si existe demanda por parte de particulares, y si obtienen financiación. Pero deberíais ser conscientes vosotras de que el tiempo, los médicos, los laboratorios y el dinero que se dedicara a investigar cómo los hombres pudieran parir, serían recursos que no se dedicaran a otros problemas médicos posiblemente más demandados por los ciudadanos.

"¿Hay que trabajar y esforzarse, como dice Adam Smith, en estos avances para poder declarar feacientemente que un determinado sujeto es considerado un hombre o una mujer socialmente?"

¿Pensáis que las leyes crean realidad?. ¿Pensáis que se puede conseguir mediante cambios legales que las personas consideren socialmente hombre o mujer a otra persona?. Cada cual sabrá por qué considera o deja de considerar hombre o mujer a las demás personas. Pero desde el punto de vista legal, los criterios son claros y aceptados internacionalmente, y se refieren a los órganos sexuales externos. (Hay casos dudosos, pero no se refieren a la transexualidad, sino a personas cuyo sexo externo no se corresponde con su sexo cromosómico, o personas con caracteres sexuales hermafroditas). Si os referís a lo de poder cambiar de sexo en el registro civil sin necesidad de operarse, ya sabéis que no estoy de acuerdo. Una cosa es el ámbito privado de cada persona y otra cosa es la seguridad jurídica. Los criterios por los que constamos como hombres o mujeres en el registro civil son y debieran seguir siendo los mismos para todos los ciudadanos. Y, por otra parte, los transexuales experiementan un fuerte rechazo a su sexo físico, y por eso están dispuestos a someterse a un proceso tan largo y complejo (desde todos los puntos de vista) como una operación de sexo. Una vez se hayan operado, y cumplan los criterios exigidos por el registro civil, que se les cambie el sexo legal, pero mientras ya os digo que soy contraria porque valoro mucho la seguridad jurídica y la igualdad ante la ley. El registro civil registra hechos, no deseos. Y así debería seguir siendo.

"¿Hay que someterse a los dictados de la naturaleza hasta que estemos preparados cientificamente?"

Esta pregunta es un ejemplo redondo de lucha contra la realidad. Es obvio que debemos someternos a los dictados de la naturaleza. Es de sentido común. Sóis libres de pensar que con derogar por ley la ley de la gravedad, podréis volar. Pero os aconsejo que no lo intentéis, os aprecio mucho ;). Y un hombre no puede parir. ¿O sí?. Si alguna vez llega a poder parir, que para. Es su cuerpo y es su vida. Mientras tanto no le queda más remedio que obedecer las leyes de la naturaleza, como todos los demás. Las leyes naturales y las leyes legales son totalmente distintas, a pesar de compartir nombre. Las naturales tratan de lo que ES, mientras que las legales tratan de lo que DEBE SER. Decretar por ley legal que las cosas deben ser (punto de vista legal) distintas a como son (desde el punto de vista físico, material) sólo nos llevaría a que la policía tratara de arrestrar a los tifones, las inundaciones, las nubes, las reacciones químicas o las hormonas. Es decir, haríamos el ridículo, caeríamos en la más absoluta melancolía, y nos pasaríamos al pensamiento irracional, renunciando a la investigación racional y científica que ha llevado a Occidente a donde está.

"¿Debemos esperar a cambiar el Derecho hasta que los avances científicos nos lo permitan?
¿Desde cuando?"

Normalmente los legisladores han sido gente con los pies en la tierra que no legislaba sobre cosas imposibles. No hay mejor legislador que el que legisla poco y bien. Ahora, si queréis que nuestro Parlamento ocupe su tiempo en legislar sobre los estatutos de autonomía de las futuras colonias españolas en el planeta Júpiter, yo desde luego no.

Todo mi comentario significa lo mismo: es absurdo pensar que las leyes pueden cambiar la realidad material, eso se llama pensamiento mágico. Las leyes cambian las relaciones legales, ni más ni menos. Y, aún hablando de cosas posibles en lo material, puedes ordenar por decreto que se construya una determinada carretera, pero eso no sirve de nada si no se ha desarrollado la tecnología para construir carreteras (o si no hay presupuesto para pagar los materiales, los sueldos, las expropiaciones, etc).

"¿Quizás no sea al contrario? ¿quizás no se necesite manifestar o reconocer el derecho para que puedan realizarse esos avances medico-científicos?"

Pues no, mira. La vacuna del sarampión no se descubrió porque un grupo de legisladores decidiera que todos tenemos derecho a vacunarnos contra el sarampión. Como ya he dicho, lo único que puede hacer el poder público es ilegalizar determinados avances (lo que en ocasiones lo que provoca es que se cree un determinado mercado negro, si hay gente dispuesta a pagar por esos avances, pero ese es otro tema). O, puede usar dinero público (pagado por todos nosotros mediante impuestos) para gastarlo en promocionar determinados avances. Pero ese dinero lo tendrá que retirar de otras partidas igualmente necesarias. Los investigadores necesitan fondos, que pueden ser públicos o privados. Puede haber un hombre muy rico interesado en poder parir, que done millones de dólares para que los mejores investigadores del mundo se dediquen a desarrollar un método para ello. Es su dinero. O pueden hacerlo los políticos con nuestro dinero. Pero, en cualquier caso, sólo con leyes no conseguirán que un hombre pueda parir. Y poner por escrito derechos absurdos por incumplibles, lo que hace es que la gente le pierda respeto a la Ley. Los políticos no hacen milagros. Los científicos tampoco, pero consiguen mediante realismo y pensamiento lógico cosas que a ojos de alguien del siglo XVIII parecerían milagros. Yo soy partidaria del realismo y del pensamiento racional. No es culpa mía que los hombres hoy por hoy no puedan parir. A decir verdad, ni siquiera es culpa de los romanos.

Un beso a las dos.

8:48 p. m.  

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