Socialistas de todos los partidos

Blog inspirado en el libro "Camino de servidumbre", que Hayek dedicó a los socialistas de todos los partidos. Socialismo entendido como colectivismo, como sumisión del individuo al grupo, en aras de hermosos ideales que no sólo en su sueño producen monstruos.

sábado, julio 01, 2006

Matrimonio

A raiz de la legalización de los matrimonios homosexuales los contrarios a la medida apelaron a varias razones para oponerse.

Algunos recurrieron a la moral tradicional de raiz católica, otros a cuestiones lingüísticas (sí a la equiparación pero no a la denominación), y otros dijeron que con sus impuestos no tenía porqué recompensarse a dos señores o dos señoras por el hecho de quererse.

No voy a entrar en cuestiones morales, ni de tradición, ni de denominación. Voy a hablar de los costes y ventajas sociales del matrimonio.

Desde el punto de vista legal, un matrimonio tiene dos vertientes: una de derecho privado y otra de derecho público. Por un lado es un contrato libremente suscrito por dos personas que cumplen los requisitos para poder hacerlo (tener la edad mínima, capacidad mental, no estar casados previamente y, hasta hace poco, ser de distinto sexo). Este contrato "privado" obliga a ambos cónyuges a, por ejemplo, pasar una pensión al cónyuge más "pobre" en caso de divorcio. Si la cosa quedara ahí, nada tendría que decir el Estado, aparte de velar por el cumplimiento del mismo, como en cualquier otro tipo de contrato, y en nada (desde el punto de vista legal o económico, sin entrar en lo moral o tradicional) nos perjudicaría o beneficiaría al resto de ciudadanos.

Pero existe una vertiente "pública", que sí que nos afecta a todos los demás: ventajas fiscales, pensiones de viudedad, etc. Este tipo de ventajas para los casados conllevan las correspondientes desventajas económicas y legales para los no casados. Los beneficios se personalizan en los cónyuges mientras que los costes se socializan, y como siempre que sucede esto, comienzan las quejas. Pero habría que pensar por qué motivo los Estados benefician a la institución del matrimonio.

Podría pensarse que es porque el matrimonio le da consistencia y orden a la sociedad. Bueno, aparte de que este motivo conllevaría que entre todos pagamos por una determinada concepción moral y de la sociedad que no todos tenemos por qué compartir, eso sería antes cuando el matrimonio realmente era para toda la vida. Hoy un matrimonio no necesariamente dura, y de hecho cada vez es más fácil y frecuente divorciarse. Muchas personas se casan no por aquello de quererse toda la vida en lo bueno y en lo malo, sino por las ventajas económicas. Y si no sale bien, se divorcian y a otra cosa. Mientras han estado beneficiándose de ventajas que los solteros no disfrutan.

El cristianismo ha hecho mucho hincapié en prohibir el sexo fuera del matrimonio y santificar el matrimonio, pero ya antes de que se convirtiera en la religión oficial del imperio romano el matrimonio era una institución jurídica protegida. De hecho, ha existido en prácticamente todas las culturas de la historia, antes del cristianismo y mucho antes del Estado del Bienestar. Debe de existir una razón universal para ello, y la hay: dentro del matrimonio nacían hijos, que además eran los legítimos, y que eran los únicos de los cuáles el padre podía tener una relativa seguridad de que eran suyos.

Antes de los métodos anticonceptivos fiables, en el matrimonio era muy probable que nacieran hijos.

Antes de los análisis de ADN, el matrimonio era el mejor método para que un hombre pudiera tener algún tipo de control sobre de quién eran los hijos que su mujer traía al mundo. El marido tenía la patria potestas sobre el hijo, y los hijos legítimos tenían derecho a ser mantenidos por ese hombre, y a recibir su herencia (derechos que no tenían los hijos bastardos).

Antes del siglo XX, solía ser el hombre el que trabajaba y la mujer era ama de casa, o bien accedía a trabajos muy mal remunerados. Un hijo nacido fuera del matrimonio con gran probabilidad acabaría dependiendo de la caridad, y sin posibilidades de salir de ese círculo de pobreza (además de no tener consideración social).

Los hombres siguen sin poder parir, pero pueden adoptar o tener hijos y criarlos. Y, obviamente, una mujer lesbiana puede tener hijos (o adoptarlos). Es decir, una pareja homosexual puede que de un modo u otro acabe criando niños.

Básicamente era por su inseparable relación con la natalidad por lo que los legisladores a lo largo de la Historia han beneficiado al matrimonio. La sociedad beneficiaba a los matrimonios por motivos morales, pero también como "inversión" en hijos que garantizaran el futuro de esa sociedad. Y la natalidad sigue siendo fundamental para la supervivencia de estas sociedades nuestras tan modernas, pero hoy seguimos legislando con reglas del siglo XIX una realidad social del XXI, y pagando a personas sólo por quererse, cuando las tasas de natalidad en España son bajísimas. ¿Por qué no redireccionar esas ventajas y ayudas desde el matrimonio hacia la natalidad?. ¿Por qué no "reducir" el matrimonio hacia un contrato privado que además tenga un fuerte significado moral para quien así lo elija casándose por la Iglesia?.

P.D.: es obvio que las propias condiciones legales para contraer matrimonio (incluso aunque fuera únicamente un contrato privado) denotan nuestro sustrato cultural romanocristiano, ya que hasta hace poco prohibían el matrimonio homosexual y de momento siguen prohibiendo la poligamia. Una sociedad no se construye de la nada y a veces pecamos de adanismo. El Islam permite la poligamia pero no la poliandria. ¿Por qué no permitir la poligamia, la poliandria, el matrimonio entre un padre y su hija, etc?. Siempre ha habido y habrá condiciones para casarse, y ni siquiera los "progresistas" son partidarios de eliminarlas todas, aunque critiquen la resistencia de la Iglesia a que se eliminara la de que ambos cónyuges sean de distinto sexo. Me pregunto qué razones esgrimirá el "progresismo" para no legalizar la poligamia.

P.D. 2: admiro profundamente a las personas que realmente se casan "para toda la vida, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad". No tengo nada en contra del matrimonio, más bien al contrario, simplemente me pregunto por qué todos debemos beneficiar económicamente a matrimonios sin hijos. Y sé que es un tema muy complejo.

P.D. 3: por aquello de la igualdad en derechos y deberes soy partidaria de que las uniones entre homosexuales tengan idéntica consideración legal que las heterosexuales. Sin entrar en denominaciones.