Socialistas de todos los partidos

Blog inspirado en el libro "Camino de servidumbre", que Hayek dedicó a los socialistas de todos los partidos. Socialismo entendido como colectivismo, como sumisión del individuo al grupo, en aras de hermosos ideales que no sólo en su sueño producen monstruos.

martes, julio 18, 2006

Carmelo Gómez acerca de El perro del hortelano


"La ausencia de Pilar Miró en el cine español es tan grave como la política de cine que tenemos en este momento......

Rodamos toda la primera parte en el palacio de Sintra.... Luego se acabó el dinero.... Pilar nos propuso quedarnos con la película pero nadie creía, ni nosotros mismos, que eso iba a ser lo que fue. Y ¿cómo iba yo a hipotecar una casa o a hipotecar mis ahorros, los 4 ahorros que yo tenía, para sacar adelante El Perro del hortelano?. Yo qué sé, en fin...Una cosa es que te contraten y que creas en el proyecto, y otra cosa es que te embargues. Y tuvimos que dejarlo durante una temporada y pensamos que no volveríamos a recuperar jamás ese proyecto y que se moría ahí, después de que el material que habíamos visto estaba muy bien y estábamos todos muy contentos.....No sé por qué extraño milagro aparece dinero de no se sabe dónde para continuar con lo que quedaba y se nos prometió que a lo mejor se nos pagaba algún día si lo terminábamos, y decidimos todos terminarla pasara lo que pasara. Fue un gran calvario que al final acabó siendo una gran película."

Esta entrevista a Carmelo Gómez aparece en la colección Un país de cine 2 que sacó el diario El País en 2.004.

Me parecen unas declaraciones muy significativas. En primer lugar se queja de la actual política de cine. Traduciendo al español supongo que le parecen pocas las subvenciones que se le entregan a la gente del cine. Parece ser que la gente del cine tiene "derecho" a recibir dinero para hacer películas y si no lo consiguen haciendo películas que la gente quiera pagar por ver, lo quieren conseguir de cualquier modo pagadas con nuestros impuestos. Seguramente es por falta de sentimiento nacional que la gente prefiera ver películas extranjeras que españolas, no porque apenas se hagan películas españolas interesantes. Significativo resulta que para según qué cosas la izquierda apele al sentimiento nacionalista español. A "lo nuestro". Pero aplicado a cualquier otro tema el razonamiento quedaría absurdo: no soy un buen cocinero y no consigo que me contrate nadie, así que tengo derecho a que me paguen un sueldo mediante los impuestos de todos para tener abierto un restaurante en el que a casi nadie le apetece comer. Y la culpa es de la gente, que prefiere ir a restaurantes chinos o mejicanos. Qué poco patriotismo. A pagar más impuestos, que es lo que tenéis que hacer.

Pero lo que más me llama la atención es la parte en la que habla de los problemas de financiación que tuvo El perro del hortelano. De cómo estuvo a un pelo de no poder terminarse por falta de financiación. De cómo Pilar Miró le propuso al equipo que financiaran el resto del rodaje ellos mismos, pasando a ser los dueños del proyecto. Y de cómo, a pesar de haber visto el material ya rodado, y "creer en la película", el equipo no quiso arriesgar su propio dinero. Es decir, todos los españoles tenemos que pagar mediante impustos proyectos que no tienen por qué interesarnos, sin poder decidir y sin sacar nada a cambio. Pero esas mismas personas que piden más subvenciones son incapaces de arriegar su propio dinero para su propio proyecto, del que además podrían haber sacado mucho dinero. No, ellos van a la cómodo y a lo seguro. A cobrar su sueldo vaya como vaya la película en taquilla. A ser trabajadores asalariados en vez de empresarios. Y si ese sueldo no se lo paga la taquilla que se lo paguen los subvenciones. Pero nada de arriesgar los "cuatro ahorros que pudieran tener" (no sé cuánto dinero pudiera tener Carmelo Gómez ahorrado, pero me resulta curioso que hiciera ese aparte para dejar claro que él no es un burgués forrado de dinero, porque para cierta izquierda está mal visto llegar a tener dinero, aunque no creo que Victor Manuel, que es comunista, haya regalado su fortuna a los proletarios de barriadas humildes).

Así que de haber sido por ellos, a quienes se les llena la boca de loas al cine español, la película se habría quedado a medio hacer. Pero llegó un capitalista y aportó el dinero, arriesgó los millones necesarios para terminar una película en la que ni siquiera los actores creían. Arriesgó un dinero que fue el que permitió hacer la película, un dinero que había ahorrado creando riqueza, y con el que le pagó el sueldo al señor Gómez. Gracias a ese capitalista pudimos ver El perro del hortelano.

Pero que quede claro que está mal ser un capitalista que permite realizar proyectos, que crea trabajo y que busca rendimiento a sus inversiones. Lo que está bien es ser un artista concienciado y subvencionado, de esos que aman mucho el cine mientras lo paguen otros. De esos que dejan claro que ellos sólo tienen cuatro ahorros. De los que no manchan al arte mezclándolo con el vil dinero. Sobre todo cuando se trata de su propio dinero.

7 Comments:

Blogger Hans said...

Gloriosa, joven, gloriosa entrada. Punto por punto coincidente con la conversación que ayer mantuvimos mi mujer, una amiga y yo después de ver La Educación de las Hadas, una BUENA película española.
Te visito hoy por primera vez. No será la última.

7:15 p. m.  
Blogger mayo said...

Gracias, Hans. Bienvenido. Tendré que ver La educación de las hadas ;).

10:09 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues mira, tienes toda la razón. Lo de "nosotros, los intelectuales", como se auto-denominan estos individuos, no tiene nombre.
Todavía recuerdo con indignación, cuando murió Juan Antonio Bardem, en la indigencia (porque se lo había fundido todo), la beligerancia con que su hermana y sus sobrinos salieron enseguida a la palestra poco menos que exigiendo subvenciones y demás para su viuda, que estaba a punto de ser deshauciada.
Recuerdo que pensé: ¡¡ah!! Pues nada, si algún día un hermano mío se arruina, en lugar de ayudarle yo, si puedo (como el resto de españolitos de a pie), mejor no: mejor hago como éstos, y le exijo una subvención al Estado para su pobre viuda.

2:52 p. m.  
Blogger mayo said...

Es que la libertad va acompañada de responsabilidad. Eres libre de querer ser artista, como lo eres de querer ser deportista. Si te sale bien puedes llegar a ser famoso y rico. Pero si no, no habrás conseguido nada. Además, tu carrera estará muy condicionada por la suerte, la edad, el físico, las modas, etc. Si no ahorras cuando te vaya bien es probable que acabes arruinado.

Asunto distinto es que los artistas en general sólo tienen la opción de cotizar como autónomos a la Seguridad Social. Y dentro de las diversas injusticias de la Seguridad Social, como que si no llegas a cotizar 14 años no consigues pensión pero todo ese dinero que has cotizado sin elección no te lo devuelve nadie, o que es un sistema de funcionamiento piramidal en el que no cotizas para ti mismo sino que dependes para tu pensión de que en el futuro haya bastantes cotizantes, el régimen de autónomos es el más maltratado con diferencia.

Claro que, como dices, eso es igual para todos nosotros y no esperamos que el Estado nos mantenga. Pero es que en España los artistas o intelectuales en su mayoría tienen espíritu de subvencionados aunque luego vayan de rebeldes e independientes. La frase de "una cosa es que te contraten para un proyecto y otra cosa es embargarte para sacarlo adelante" es muy representativo de cómo funcionan sus cabezas. Nada de emprendimiento, nada de riesgo, mucho cuidar de los ahorros y mucha superioridad moral. Son "intelectuales burgueses de izquierdas", como tantos europeos de las últimas décadas.

12:31 p. m.  
Blogger mayo said...

Y, por supuesto, si pueden llevan a sus hijos a la escuela privada, usan la medicina privada y viven en urbanizaciones exclusivas. Pero de boquilla alaban lo público y sólo tienen cuatro ahorros. Como los dirigentes del PSOE. Haz lo que yo diga pero no lo que yo haga.

12:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Efectivamente, lo del régimen de autónomos lo conozco bien; no lo sufro personalmente, pero sí lo sufren familiares y amigos.
Tiene sus ventajas también...
Lo que me parece es que si quieres un trabajo fijo, estable, sin preocupaciones y con total seguridad, lo que tienes que hacer es opositar y trabajar para el estado. Si no puedes permitirte ese lujo, pues trabaja por cuenta ajena. Ahora bien, lo que no puede ser es ser autónomo y vivir de la subvención. O sea: queremos todas las ventajas, pero ningún inconveniente. Claro, como tontos... Y que pague el Estado.

A mí lo que me alucina es que aquí el dinero público parece que nace por generación espontánea: nadie se da cuenta de dónde sale ese dinero. De mi bolsillo, que yo me harto de trabajar, y me pone negra ver en qué se malgasta mi dinero.

1:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Genial, para no variar... ánimo, hace falta gente como tú.

11:38 p. m.  

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